miércoles, 9 de octubre de 2013

BOMBA DE TIEMPO

Obama se desespera ante la posibilidad del default, mientras la cadena Starbucks regala café para que republicanos y demócratas vuelvan a estar de acuerdo.


"El default sería peor que una bomba atómica" dijo ayer Barack Obama, presidente de EEUU, ante la negativa de la oposición a votar la ley de presupuesto.

En conferencia de prensa, el mandatario yanki aseguró que no puede permitir "a elementos extremistas del partido republicano lanzar amenazas contra nuestra economía" y agregó que si no se aprueba el presupuesto los EEUU tendrían que enfrentarse a "un caos demencial".


Hay que resaltar que según la Constitución de los EEUU, sin ley de presupuesto aprobada por el Congreso, no hay cómo financiar el Estado, ni cómo pagar los bonos del Tesoro (deuda pública), por lo que el país debería declararse en bancarrota, con el desastre que esto conllevaría. El plazo es hasta el 17 de octubre.

Y aunque la cadena de cafés Starbucks ofrece durante toda esta semana café gratis en sus locales, como símbolo de "civismo y generosidad" y guiño a la clase política para que llegue a un acuerdo, parece que al Partido Republicano le atrae la idea de caos. Sobre todo por lo que implicaría un default: la caída del gobierno demócrata y el recorte sustancial del gasto público.

De hecho, la disputa política comenzó como estrategia republicana para que no se aplicara la ley de reforma de salud, que preveé la creación de un sistema sanitario público.


Más allá del Pacífico, China y Japón, principales acreedores de los EEUU, no saben si relamerse o llorar: la bancarrota del gigante norteamericano implicaría su definitivo corrimiento de la hegemonía mundial, pero también una vuelta a la crisis financiera que comenzó en el 2008 y que parecía haber quedado atrás.       

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