Los legisladores norteamericanos no le aprobaron el presupuesto a Barack Obama por el pedido de mayor endeudamiento. La compulsa con el partido republicano se centra, esencialmente, en el sistema de salud con beneficios sociales que quiere implantar el presidente con aportes del Estado.
El negocio de la salud sumado a muchas otras variantes generaron un gran revuelo en EE.UU, ya que el gobierno Federal deja de pagar a unos 800.000 empleados sus sueldos. Técnicamente, el presidente tiene trabado el presupuesto y, sin él, a diferencia de nuestro país, no puede realizar ciertos pagos. Uno de los asuntos que no puede superar el freno legislativo del balance a futuro es el incremento de gastos en ciertos sectores como la salud.
El modelo de asistencia médica norteamericano es íntegramente privado aun en lo público, ya que es arancelado. Además de extremadamente caro, el negocio de la vida factura cifras siderales, teniendo en cuenta que hubo épocas que la venta de medicamentos llegó a ser en los 90 el cuarto negocio en volumen a nivel mundial.
La discusión tendrá una salida, Obama se disfrazará de más republicano que cualquier blanco del KKK repartiendo marines por el mundo, sin embargo, el punto de tensión no deja de mostrar el nivel de papeles fantasmas que imprimen en verde y pagamos todos los países.
